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Fotografía Víctor Aranda |
Esperábamos nuestro turno mientras el
último sol del atardecer pugnaba con las nubes. Por momentos
conseguía vencerlas para llevar sus rayos a la terraza del Hotel
Voramar y era una suerte porque comenzaba a correr esa brisa húmeda
del otoño que te deja tieso. Dentro del hotel, en la cafetería, los
medios convencionales entrevistaban al presidente de Médicos Sin
Fronteras y a Manuel Vicent desde hacía una eternidad. Por fin hubo
movimiento de sillas y apretones de manos. Nos tocaba, con bastante
retraso, pero por fin nos tocaba. Gloria (la coordinadora de las
jornadas Castellón Sin Fronteras, en las que intervenía
desinteresadamente Manuel Vicent y gracias a la cual habíamos
conseguido la entrevista) se adelantó a nosotros y anunció a los
dos hombres que todavía quedaba la última entrevista. Manuel Vicent
no disimuló cierta cara de fastidio. Al fastidio unió inquietud
cuando le explicaron al medio al que pertenecíamos -es comprensible,
no es fácil de explicar en qué consiste Mone Monkey-. Daba igual, no
tenía escapatoria, ya le habíamos dado la mano y las gracias por
concedernos la entrevista, ya comenzaba a sonar el disparador de la
cámara de Victor, Jose ya había encontrado el mejor enfoque para
grabar, David bloqueaba la única vía de escape y yo me estaba
sentando a su lado. Lo teníamos rodeado. Se rindió: “Vale, pero
diez minutos” dijo. Diez minutos, diez minutos, diez minutos. Cinco
días “leyendo” o “releyendo” sus últimos libros y sus
últimas columnas, escogiendo y redactando preguntas (entre los
cientos de temas de los que me hubiese gustado escucharle hablar),
varias hojas emborronadas intentando dar continuidad a las preguntas
y una mañana memorizándolas para diez míseros minutos de
entrevista. Nos habían dicho que la entrevista duraría una media
hora, así que tenía preparadas casi 30 preguntas, imposible
hacerlas todas. Jose tenía problemas con el micrófono pero no
podíamos esperar más. Manuel Vicent se impacientaba. Así que
disparé la primera pregunta. Incluso después de esa primera
pregunta Manuel Vicent parecía incómodo y poco interesado. Suerte
que me guardaba en la manga a Doña Vicentica, a partir de su
aparición todo fue mucho mejor. Sobre la marcha fui prescindiendo de
la mayoría de las preguntas sin un criterio concreto y encima
improvisé otras que no tenía preparadas. Al final fueron más de
diez minutos y el fastidio y la inquietud dieron paso a un Manuel
Vicent muy agradable y elocuente. Aquí os dejo el enlace con la entrevista
completa, el audio y algunas de las preguntas que no le hice pero
que me hubiera gustado hacerle.
Audio de la entrevista (comienza en el segundo 34):
Preguntas desechadas:
En "Mitologías" dice de Andy Warhol dice que aportó al
arte la idea de que la esencia está en el envase. Al leerlo, me
acordé de un librero que hace poco me dijo que las ventas de un
libro dependían en un 60% de la portada. ¿A ver si al final Warhol
tenía razón, y hasta en la literatura lo importante es el
envoltorio?
En sus columnas: ¿Le cuesta más escribir sobre
temas que le indignan o sobre temas menos comprometidos?
¿Qué opina de la prestidigitación
léxica que hacen los políticos actuales para dulcificar las malas
noticias a la ciudadanía?
Nos dicen que las protestas
violentas dañan nuestra imagen exterior. Parece, en cambio, que la
imagen de las colas en los comedores sociales, o los padres de
familia escarbando en contenedores, no son ni violentas ni dañinas.
¿Ya nos hemos acostumbrado a ellas?
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Fotografía Víctor Aranda |
5 comentarios:
Felicidades, Miguel, por la entrevista. Sigo su columna con una ilusión tremenda. Se le ve ya algo mayor, pero por dios que bien escribe.
Venga, un abrazo
Gracias por tu comentario Ximens. Escribe bien y habla muy bien también.
Enhorabuena, ha quedado redonda.
Un abrazo
Miguel,
es una suerte también conocer la tramoya, todos los entresijos le aportan valor. La entrevista está muy bien por parte de ambos interlocutores. Enhorabuena.
Ya espero con impaciencia la próxima a una de mis escritoras preferidas.
Gracias.
Gracias por vuestros comentarios Ros
Me alegra que os haya gustado la entrevista.
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