jueves, 8 de mayo de 2025

Feria del libro 2025 (Castelló)

 


Pasé la semana pasada por la feria del libro de mi ciudad. Una feria que se sustenta sobre todo con la participación entusiasta de los autores, las editoriales y las librerías locales. Mi objetivo se limitaba a saludar a colegas, editores y libreros de la provincia. Eso que la ortodoxia llamaría pulsar un poco el ambiente literario local. Solo un poco. Muy poco. Suficiente para, como temía, corroborar una vez más que cada vez me atrae menos ese ambiente. Llega incluso a generarme empacho por un exceso de oferta, de egos.

El libro debería ser el protagonista principal de estos eventos. Parafraseando a Maradona, “el libro no se mancha”. Pero se mancha, vaya si se mancha. En demasiados casos hay poco respeto por él. He visto novedades editoriales con portadas que desmerecerían cualquier trabajo presentado en clases de primaria, libros que en los años ochenta, con un Spectrum, se podrían haber maquetado mejor, impresos en papel que parece sacado de un rollo de papel higiénico y a precios que incrementan la sensación de fraude.

Limitarse a un público provincial, incluso solo a lectores conocidos por sus autores, no debería ser un atenuante en este sentido, casi al contrario, puede ser un agravante.

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