No
tirar de la manta puede que sea lo más sensato para él. Parece
claro que la existencia de esos millones de euros (20, 30, 70, ¿quién
sabe?) en cuentas en paraísos fiscales supone la comisión de
numerosos delitos por los que Bárcenas va a tener que pasar un
tiempo entre rejas. Queda por ver de dónde salió el dinero y a
quién pertenece en realidad, para eso lo más fácil y cómodo sería
que el extesorero del PP “cantara”. Pero pongámonos en la
bronceada piel de Bárcenas. Si declarara ante el juez -en vez de
contárselo a Pedro J.- que el dinero pertenece al PP y que él, como
tesorero, lo ingresaba en cuentas opacas porque provenía de
comisiones ilegales y de la trama Gürtel, y que ponía esas cuentas
a su nombre para poder pagar después sobresueldos a los altos cargos
del PP, y los costes no autorizados de las macrocampañas electorales,
sería razonable que el Partido Popular o las empresas de la trama
Gürtel le reclamaran la devolución de esas cantidades alegando su
sustracción o su obtención mediante engaños (en estos tiempos de
desvergüenza e injusticias, es posible que hasta acabaran
recuperando ese dinero, obtenido ilicitamente, sin ningún coste
penal ni político).
Imaginemos
ahora que, como hasta ahora, en sus interrogatorios siga sin tirar de
la manta y se mantenga en sus trece asegurando que es un crack de
las finanzas y todo el dinero surgió de inversiones y negocios
misteriosos. En ese caso el PP no estaría dispuesto a desmentirle
para no verse más involucrado en el caso. Bárcenas cargaría con
todas las culpas y sería el único en ir a prisión, sí, pero sería
también el único en quedarse con el dinero, que a estas alturas
habrá tenido tiempo de esconder en los pliegues de los sistemas
bancarios internacionales (tampoco será de extrañar que el juez Ruz
encuentre pocas propiedades a su nombre para hacer frente a la fianza
que le ha impuesto). Con el plan de prescripciones exprés que el
código penal tiene previsto para proteger a este tipo de
delincuentes, con los beneficios penitenciarios, con las pruebas
destruidas durante los cinco años de instrucción del caso y con una
eficaz defensa no pasará mucho tiempo en prisión. Después volverá
a disfrutar de su inmensa fortuna.
Parece
que para la última premisa tendrá que buscar abogados nuevos (los
que le defendían hasta ahora le acaban de abandonar por
discrepancias). No han aclarado si discrepan porque su defendido haya
contado a El Mundo lo que no les ha contado a ellos
o porque su defendido no piensa ratificar ante el juez sus
declaraciones al periódico. Así que, por mucho que Bárcenas haya
recibido decenas de miles de misivas para que tire de la manta y por
mucho que utilice a los medios de comunicación para deslizar la
verdad, lo más sensato en su caso será callar ante el juez y
esperar pacientemente en la celda a que su fortuna siga rentando en
paraísos fiscales.
El artículo en Mone Monkey.
El artículo en Mone Monkey.
2 comentarios:
cuando el náufrago, cansado, deja de luchar por su "existencia", lo más probable es que se aferre con fuerza a otro(s) lo que puede -quizás- provocarles el mismo ahogamiento...
.
saludos
Gracias por tu comentario Omar,
Supongo que es el instinto de supervivencia, morir matando.
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