sábado, 29 de mayo de 2021

ES LA ECONOMÍA ESTÚPIDO

 


ES LA ECONOMÍA ESTÚPIDO

La frase que sirve de título, la ideó el director de campaña que llevó a Clinton a la Casa Blanca y es como una navaja suiza. Sirve para casi todo. Incluso para explicar los erráticos criterios de vacunación contra el coronavirus en España. Los protocolos de vacunación parecen un guion firmado por Berlanga, un guion que en su último giro trata como si fuésemos estúpidos a los que recibimos una primera dosis de AstraZeneca y estamos esperando la segunda.
    Puedes considerar que tus conciudadanos son estúpidos, es lícito, incluso si son trabajadores públicos, incluso si les has puesto la etiqueta de esenciales, pero lo que no debes hacer es decírselo a la cara. Justo eso es lo que está haciendo el Ministerio de Sanidad con sus trabajadores “esenciales”. En su defensa hay que reconocer que algunos de estos colectivos, han acostumbrado a la Administración a que puede hacer con ellos lo que quiera: empeorarles las condiciones laborales, congelarles el sueldo, despreciar su trabajo delante de la sociedad... Les hagan lo que les hagan ellos nunca protestan. Agachan la cabeza y siguen cumpliendo con sus obligaciones. Quizá por eso han pensado que en este tema también acatarán sus indicaciones, por descabelladas que estas san. “Sois estúpidos, no tenéis criterio y por eso vais a hacer lo que yo os diga.” Pero los trabajadores “esenciales” no son estúpidos y por eso están escogiendo masivamente repetir con AstraZeneca.
    La ministra Darias pretende revestir con criterios científicos una decisión, que solo se puede justificar con criterios económicos y comerciales. Para ello airea un estudio que está al nivel de los experimentos del Quimicefa. Piensan que para dotarlo de relevancia basta con ponerle un nombre suntuoso “CombiVacs”, suena bien, reconozcámoslo. Pero no es suficiente. Es un estudio tildado por algunos científicos como irrelevante. No puedes determinar que la combinación de AstraZeneca y Pfizer es segura probándola solo en 441 personas. No. Ese informe frente a los ensayos con decenas de miles de personas que avalan las dos dosis de AstraZeneca no se sostiene. Y así lo recuerda la Agencia Europea del Medicamento, la Organización Mundial de la Salud, la Agencia Española del Medicamento y 17 sociedades científicas españolas entre las que están: la Sociedad Española de Vacunología y la Sociedad Española de Inmunología. La opción de recibir una dosis de la vacuna inglesa y una segunda de Pfizer no entra ni siquiera dentro de las fichas técnicas de dichos medicamentos publicadas por el propio ministerio.
    Si por tacticismo político no te atreves a imponer la segunda dosis de Pfizer, no es elegante, ni lícito tratar de asustar, castigar o criminalizar a los que no optan por esa opción. Porque no se puede manipular a quien no es “estúpido” con anuncios alarmistas y cargados de demagogia: “4 muertos por trombos entre los vacunados con AstraZeneca” pregonaba la ministra en rueda de prensa hace unos días. ¿Entre cuantos vacunados? Entre 5 millones. Eso nos da un 0,00008 % de probabilidades de morir por un trombo si nos ponen esa vacuna. Con ese nivel de riesgo como umbral, deberían prohibirse probablemente más de la mitad de los medicamentos que se suministran sin receta médica.
Puestos a informar, lo más lógico sería indicar cuántos muertos ha habido por causas poco explicables con el resto de vacunas. Quizá nos llevaríamos alguna sorpresa.
Tampoco puedes decir en esa misma rueda de prensa, que "no se puede elegir vacuna" porque sí se puede. Y es posible porque tú has decidido que sea posible. No eches la culpa a las Comunidades Autónomas de que la gente no elija lo que tú quieres que elija. Si no quieres que se pueda escoger, tu ministerio es la autoridad en este sentido, solo debes obligar a poner la segunda dosis siempre de Pfizer y punto.
    Es evidente que el comportamiento de los fabricantes de la vacuna de Oxford ha dejado mucho que desear, pero no deberías hacer recaer en los destinatarios de las vacunas la culpa de no haber sido capaz de hacer cumplir los contratos que firmas. Este parece el problema la inseguridad de que lleguen suficientes vacunas, más ahora que se ha mantenido una campaña de desprestigio hacia esta vacuna. Quizá fue un error confiar en esta compañía, ahora no se debería sumar un segundo error, mucho más grave, saltándose las indicaciones de los científicos por cuestiones comerciales, políticas o económicas.
    Es posible, incluso probable, que la combinación de las dos vacunas sea mejor que repetir con AstraZeneca. Pero para saberlo hay que esperar a que más gente pruebe esa combinación y a que pase más tiempo. En Reino Unido hay en marcha un estudio algo más relevante, este si se publicará en The Lancet, que en junio ofrecerá resultados fiables sobre la eficacia de la combinación de AstraZeneca y Pfizer. Los primeros resultados de este estudio, lo que sí han comprobado es hasta tres veces más reacciones adversas si se mezclan vacunas que si se reciben dos inyecciones del mismo preparado, de eso no habló la ministra.

    Mientras no exista evidencia científica, lo único que está demostrado que aúna seguridad y eficacia, es repetir con AstraZeneca y eso es lo que la mayoría de los que han podido elegir han escogido. Así seguirá siendo hasta que el Ministerio de Sanidad, dé un nuevo bandazo e imponga su delirante criterio, obligando expresa o tácitamente a inocular solo Pfizer.

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