miércoles, 22 de febrero de 2012

¿Y si el €uro despareciese?



La revista Mone Monkey me ha "fichado" como redactor y me estreno con este artículo.

¿Y si el €uro desapareciese?

La mayoría de los expertos en economía nos dirían que supondría el desastre absoluto para los paises al perder la protección que el euro les ofrece. Para los políticos, siempre más dados a discursos grandilocuentes y vacíos de sentido, supondría el fin de Europa, una catástrofe tal, que según ellos, sería mejor no plantearse ese escenario. De todos modos vamos a planterlo porque tanto unos como los otros han demostrado su incapacidad como pitonisos frente a desastres económicos.
Supongamos pues, que paulatínamente los paises de la zona euro fueran abandonándola. ¿De verdad sería un desastre para ellos? Esos países recuperarían el poder de decisión sobre su financiacion, sobre sus deudas y sobre su política monetaria. La política financiera iba a ser un problema para los paises más pobres (esos graciosamente bautizados como PIIGS). Les iba a costar encontrar financiación externa para sustituir a la que ahora les aporta la U.E., con rescates directos o comprando deuda, a cambio de arrodillarse ante los dictados de la "troika", ese monstruo que a pesar de ser tricéfalo para muchos actúa sin cerebro. A cambio recuperarían la capacidad de devaluar su moneda o inyectar capital al mercado interior. También podrían decidir qué hacer con la deuda. Básicamente recuperarían la capacidad de a quién, cuándo y cómo pagar esa deuda. Priorizando, probablemente, a los acreedores internos. Aquí vendría el problema para los paises ricos, al menos para los bancos de esos paises que son los que dejarían de cobrar esa deuda. Puede que entonces acusaran de insolidaridad o injusticia al deudor, pero estas son las cosas que tiene el capitalismo. Cuando inviertes puedes ganar o perder. Esos bancos lastrados por los impagos podrían quebrar (en la actual situación tampoco está asegurada su viabilidad), pero ya han dejado de ser útiles al dejar de suministrar crédito, por tanto su quiebra provocaría desagradables efectos sobre sus ahorradores pero no empeoraría el principal problema, que es la ausencia de crédito para nuevas inversiones que permitan animar la economía.
Si los economistas no acaban de convencernos, ¿tendrán razón al menos los políticos y Europa, lease la Unión Europea, dejará de existir? Si tuviesen razón eso significaría que el euro es el único sustento de la Unión Europea. ¿Tienen razón? Sí, tienen razón. Desde la CECA, el embrión de la U.E., se tomó como nexo de unión entre los paises la economía, la economía real. Al principio con los acuerdos del acero y el carbón, después la “libre” circulación de mercancías, la política agraria común y muchos más acuerdos que salvo honrosas excepciones siempre han tratado sobre temas comerciales. Pero el problema es que la economía real dejo paso, con el euro, a la economía virtual. Las primas de riesgo, los mercados de futuros y otras perversiones han conseguido centrar las decisiones del eurogrupo. A pesar de algunos ejemplos como el proyecto Airbus, la E.S.A. y otros fallidos como el sistema de satélites Galileo que pretendía competir con el sistema GPS, la economía real no suele ser un punto de encuentro entre paises, más bien al contrario. Los paises discuten sobre cuotas agrarias defendiendo sus intereses particulares, aunque al final, conseguir una mayor cuota láctea por ejemplo suponga producir leche por encima de la demanda y terminar tirándola o las vergonzosas ofertas a las multinacionales para que se instalen en tu país. Por momentos podría parecer que a los europeos nos une más la Champions League que la Unión Europea.
Sí, el fin del euro, parece que es el fin de la Unión Europea tal y como está concevida. Pero Europa está acostumbrada a reconstruirse de sus cenizas. Este hundimiento debería servir para refundar, bajo otros preceptos una Europa menos vulnerable. Las relaciones de amistad suelen enturbiarse cuando se cruza por medio el dinero pero a pesar de eso sin abandonar como pilar sólido la colaboración comercial y la economía común (la real) deberíamos potenciar otros factores que nos puedan unir más sólida y solidariamente.
La política exterior común. Acabar con esos ridículos y vergonzosos acuerdos de mínimos cada vez que hay que firmar una declaración contra las injusticias flagrantes que se producen por el mundo y convertirse de verdad en un referente mundial intransigente con los crímenes contra la humanidad. Europa debe ser un referente también cultural, dejar de mirar con
La educación, fomentar que con programas como el Erasmus
Los derechos humanos, la dignidad de las personas, el respeto por las diferencias y la innegociabilidad del estado del bienestar.
Si el euro se hunde, se hundirá la Unión Europea y entonces podremos refundarla. Si queremos claro. Si no siempre nos quedará la Champions League.

La tercera entrega de la serie ¿Y si?

3 comentarios:

Rosana dijo...

Blanco y en botella..., se apoyan en la alarma, en el miedo de los ciudadanos a ver si así nos quedamos quietecitos.


Enhorabuena a la revista por ficharte y a ti por el artículo.

Abrazo

Elysa dijo...

Buen artículo, muy claro y muy bien expuesto.

Gracias

Besitos

Miguel Torija Martí dijo...

Gracias Rosana. Opino como tú, usar el miedo como único argumento es mediocre y mezquino.

Gracias Elysa por tu opinión y por subirte a La colina.